Efectivamente, el niño entra en contacto con las matemáticas desde
que nace, puesto que el lenguaje cotidiano en el que está inmerso
expresa -dependiendo, en mayor o menor grado, de la cultura y el medio
social al que pertenece- gran cantidad y variedad de nociones
matemáticas. Las palabras que las expresan se van adquiriendo
conjuntamente con el resto de la lengua sin que exista, la mayoría de
las veces, conciencia de ello por parte de los adultos que rodean al
niño en distintos momentos de su vida: los padres, los familiares, los
educadores. No es poco frecuente la creencia de que el primer contacto
del niño con las matemáticas, y en particular con los números, tiene
lugar en el jardín de niños; sin embargo, se trata de un gran equívoco
que puede llevar a que la escuela no sólo desaproveche el bagaje
matemático con el que llegan los menores, sino que incluso lo ignore
totalmente (tal situación ha sido provocada, en parte, por la gran
influencia de las ideas de Piaget en relación a las llamadas
"actividades prenuméricas".
Detengámonos por un momento a pensar cuáles son esas
palabras que denotan nociones matemáticas y hagamos una lista de ellas.
Pensemos, asimismo, el contexto en el que las empleamos. Esta actividad
nos ayudará a ver cómo las matemáticas no son algo ajeno al entorno
familiar y social cotidiano del niño, ni algo que comienza cuando éste
empieza a ir a la escuela. Por el contrario, desde pequeño se encuentra
colocado en gran cantidad de situaciones matemáticas que son expresadas
con un determinado lenguaje: el niño oye, y más adelante habla de
números, tiempos, espacios, distancias, formas, pesos, tamaños., y en
sus juegos compara, agrupa, separa, ordena, mide y resuelve pequeños
problemas de suma, resta, reparto, etcétera.
Lejos de ignorar esta riqueza, la escuela debe no
sólo aprovecharla, sino promoverla en los hogares. Cada vez es más claro
que la educación no es una cuestión exclusivamente escolar sino social,
que maestros, padres y alumnos deben trabajar conjuntamente. El aspecto
de la adquisición de las primeras nociones matemáticas resulta un
terreno ideal para esta colaboración. Como educadores, podemos informar y
orientar a los padres respecto al importantísimo papel que el entorno
familiar juega en el desarrollo de dichas nociones en el inicio del
proceso que llamamos numerización temprana.
Algunas expresiones que apoyan a que los niños se vayan apropiando de un lenguaje matemático, son las siguientes:
Tomado de: http://www.correodelmaestro.com/anteriores/2008/abril/ninios-y-numeros.html
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